Y ahora comprendí que, a pesar de todo lo que pensaba anteriormente, la salida fácil era estar contigo.
La difícil es guardar el corazón.
Por algo le llaman "La puerta estrecha"
Decirte adiós no es fácil, me cuesta, me duele incluso. De lo que no fue, de lo que fue tan poco, de lo que acabó, de lo que pasó de un hasta pronto a un a-Dios lejano, incierto.
Me buscaste por mi relación con Dios, por ser cristiana.
Pero esa misma relación está sufriendo cambios. Él me pide esos cambios.
Antes te ofrecí certezas, ahora te doy mis buenos deseos.
No lo dudes, yo te quiero.
Pero la vida es aún más compleja de lo que creí entender.
Te soy sincera: puede que sea una espera, pero tal vez una espera eterna.
De estar contigo porque te quiero, te pediría sólo un par de meses.
De estar con quien amo, entonces puede que me esperes toda la vida.
Quiero tu bien, quiero tu felicidad.
Quiero... lo mejor.
Anhelo a Dios.
Necesito ayuda.
Me voy a orar.