viernes, 7 de diciembre de 2012

Luego de que aquello raspara e hiciera surcos imperceptibles, quitando la blanca cubierta en forma de polvo acumulado en las media lunas, el fuego se extendió presuroso a través de los nuevos surcos, quemando con ardor terrible todo el camino hacia arriba. El agua se derramaba, dejando huellas y rastros enrojecidos. Clamo ayuda, sufriendo, doliendo, ardiendo, avisó pero actúa de forma centrada y comprende, mientras se encoje el que late a la par del avance del fuego. Consultó de nuevo, esperanzas extintas, suena un solo, su solo, él solo, ella solo, ella solo, con dolor, sufrimiento, ardor.
Torpes abejas.

Me siento mejor.

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